Ya llegó el verano. Ya hace calor.
Aunque eso no quita que tenga que dejar de llover. Todos sabemos de las tormentas veraniegas, además, como dice el refrán hasta el 40 de mayo, no te quites el sayo.
Particularmente, cuando aumenta la temperatura, siento un afán irrefrenable de beber agua. Sobre todo al terminar de entrenar. Pero aunque pasen las horas y después de haber engullido ya algún litro de agua... sigo con sed. Por tanto sigo bebiendo, y bebo sin mesura. Sólo paro cuando me digo "oye, oye, que creo que te estás pasando", es entonces que me paro y casi instantáneamente noto como me duele el estómago, pero da igual, yo sigo con sed.
XD
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a mi me pasa algo parecido con la cerveza, fíjate!